paginas

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Tu verdadero valor

¿Cuantas veces no nos hemos encontrado buscando amor y aprobación en nuestros amigos o incluso en la persona que nos gusta?
A veces creemos que al encontrar que alguien nos ama vamos a sentirnos bien y valiosas. Creemos que tener la atención del niño que nos gusta o incluso llegar a tener una relación vamos a sentirnos felices, amadas y valiosas.

Muchas veces nos sentimos desvalorizadas o rechazadas incluso por nuestra propia familia. Y esto hace que nuestra necesidad de amor y atención crezca cada vez más. Muchas veces el no tener a tu papá contigo o sentir el rechazo de alguien que amas te lleva a la necesidad de buscar esa atención en alguien más.

Muchas de nosotras soñamos con casarnos y tener ese final feliz de cuento de hadas y comenzamos una relación de noviazgo con el chavo que nos gusta y que nos hace sentir amadas y protegidas… pero de repente no te sientes como creías que te ibas a sentir.

Creíste que al iniciar esa relación ibas a ser una mujer nueva y totalmente diferente, creíste que hasta te ibas a sentir hermosa, amada, apreciada y aceptada. Y si, al principio tal vez todo iba bien, pero conforme pasó el tiempo ese sentimiento se fue desvaneciendo.
Esto pasa porque lamentablemente nuestra mirada esta fija en el hombre. Inocentemente creemos que el tener un novio, el casarnos, el tener dinero, el tener la mejor ropa, etc. Nos va a hacer sentir aceptadas y amadas.
Creemos que encajar en el grupo nos va a hacer mejores… pero no es así.

Tu valor viene de Dios, él fue quien pago el precio por ti, el dio a su único hijo por ti. Dice Isaías 53:5
“Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”

Tu vales mucho, no importa cómo te veas, no importa si alguien te rechazó o te hizo sentir despreciada y sin valor, no importa cuántas veces te hayas equivocado. Dios te ama y te acepta tal y como eres, él no está buscando que seas perfecta, él no está esperando a que hagas mil y un cosas imposibles para amarte y ganarte esa salvación, ese amor y ese valor que encontramos en él.

NADIE tiene derecho a hacerte sentir menos, pero si debemos recordar que sin Dios... ahí si… no valemos nada. Sin él no somos nada. En él es donde encontramos valor y esa satisfacción y el amor que buscamos.

No es en un esposo o en un novio en lo que depende tu felicidad. Un día las personas se van y si nuestra completa felicidad dependiera de eso pasaríamos siendo infelices por lo que resta de nuestras vidas. SI, el casarte o encontrar a alguien que te ame te va a hacer sentir feliz y darte valor, pero nuestra felicidad y valor no debe depender solo de esas personas.

Lo unico que te hará sentir realmente feliz, valorada y amada es Dios… Las personas se van, te fallan y se equivocan, Dios no.

Confía en él y nunca olvides que el te ama.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Perfección

¿Cuantas veces no nos hemos sentido mal con nosotros mismos porque no somos perfectos, tanto física como espiritualmente?

La sociedad se ha dado la tarea de poder decidir quién es perfecto y quién no. Se ha encargado de hacernos sentir la necesidad de ser igual a alguna persona porque para los demás es físicamente perfecto(a) y si va a regalar abrazos y dinero lo es aún más porque todos lo ven en los medios o se encargan de hacérselo saber a los demás.

Pasamos la vida sintiéndonos mal con nosotros mismos porque sabemos que nunca vamos a llegar a ser perfectos como esas personas que creemos que sí lo son. En el caso de las mujeres pasamos torturándonos con dietas y ejercicios para poder llegar a vernos igual a alguien a quien admiramos y que catalogan como perfecto(a).

Pensamos que no somos lo suficientemente buenas, bonitas, no tenemos el pelo del largo perfecto o del corto perfecto.

En el caso de los hombres pues pasan horas metidos en el gimnasio para poder tener el cuerpo perfectamente musculoso o tonificado para poder verse perfectos y ser aceptado por sus amigos y por la chava que les gusta o simplemente para darse el lujo de jugar con ellas para sentirse más hombres y sentirse acepados por los demás.

Pero ¿quién dijo que ser alta, delgada y rubia es ser perfecta?

¿Quién dijo que tener un cuerpo tonificado y musculoso, ser alto y tener pelo, ojos y sonrisa perfecta es ser perfecto?

¿Quién dijo que el regalar dinero al pobre y publicarlo en las redes sociales me va a hacer mejor persona y dar la apariencia que somos perfectos?

No nos dejemos engañar…Dios nos hizo perfectos tal y como somos. Con nuestros defectos y cualidades él nos ama.

Debemos entender que Dios nos creó perfectos. Nuestro cuerpo es tan complejo y hermoso y nosotros vivimos empecinados en querer cambiar la forma de nuestra nariz o agregar o quitar cosas. Pero debemos entender que nuestro cuerpo fue diseñado como fue diseñado porque así va a funcionar de manera adecuada.
No necesito parecerme a nadie para ser perfecta No me tengo que cambiar la nariz ni agregarme altura para ser perfecta.

Yo no soy perfecta por las buenas cosas que hago.

Y lo más importante… No fui salva porque soy perfecta. Dios no mando a su único hijo a morir por nosotros porque fuéramos perfectos y nos merecíamos esa salvación. Al cielo no van a entrar los altos y flacos o musculosos. Va a entrar el que reconoció que sin Dios no es nada, el que logró entender que por sus obras y el intento inútil de ser perfecto no es suficiente y no sirve de nada. El imperfecto, el pecador  es a quien Dios ama y la razón por la que Jesús dio su vida por nosotros.
Dejemos de intentar de ser perfectos e intentar de hacer todo para vanagloriarnos y buscar que los demás nos admiren.

Dejemos de pensar que Dios te va a amar por ser buen estudiante y hacer todo bien. No es por obras, sino por fe.

Según la RAE ser perfecto es: Que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto.

Si podemos tener cualidades… y muchas, pero eso no quita que seamos unos PERFECTOS pecadores. Y no tiene nada de malo el aceptar y reconocer que somos pecadores e imperfectos, es más, el aceptar y reconocer esa verdad es la que nos va a hacer libres y salvos.

NO ES POR MI OBRAS

NO ES POR MI APARIENCIA

Yo fui salva por gracia y el infinito amor que Dios tiene hacia mí  y ten por seguro que por ti también.

Esto no significa que tenga que seguir mi vida igual y seguir pecando porque aun así Dios me ama. Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón y aceptamos que por nuestras fuerzas no podemos hacer nada ni ganarnos la salvación es sonde Dios va a comenzar a cambiar tu corazón y las buenas obras van a empezar a surgir por naturaleza, no porque estas intentando ser perfecto.

Deja que Dios te ame tal y como eres, ríndete a él y reconoce que sin él no eres nada. No existe tal cosa de ser perfecto, solamente se tú mismo, porque Dios te espera con los brazos abiertos sin importar tus imperfecciones.

Él fue quien te formó en el vientre de tu madre y te hizo especial, eres una creación admirable y a pesar de tu maldad, de tus errores e iniquidades él te sigue amando, pero debes dejar de intentar ser algo que es imposible.


No te sientas mal por ser muy alto, muy bajo, muy delgado, así como eres Dios te ama. No te alejes de él porque crees que eres demasiado malo para acercarte… acércate y él te va a recibir con amor. Si Dios no te amara no hubiera dejado que su hijo fuera crucificado por ti y por mí. Él te ama sin importar si eres perfecto o no.