¿Cuantas veces no nos hemos sentido mal con nosotros mismos porque no
somos perfectos, tanto física como espiritualmente?
La sociedad se ha dado la tarea de poder decidir quién es perfecto y quién
no. Se ha encargado de hacernos sentir la necesidad de ser igual a alguna
persona porque para los demás es físicamente perfecto(a) y si va a regalar
abrazos y dinero lo es aún más porque todos lo ven en los medios o se encargan
de hacérselo saber a los demás.
Pasamos la vida sintiéndonos mal con nosotros mismos porque sabemos que
nunca vamos a llegar a ser perfectos como esas personas que creemos que sí lo
son. En el caso de las mujeres pasamos torturándonos con dietas y ejercicios
para poder llegar a vernos igual a alguien a quien admiramos y que catalogan
como perfecto(a).
Pensamos que no somos lo suficientemente buenas, bonitas, no tenemos el
pelo del largo perfecto o del corto perfecto.
En el caso de los hombres pues pasan horas metidos en el gimnasio para
poder tener el cuerpo perfectamente musculoso o tonificado para poder verse
perfectos y ser aceptado por sus amigos y por la chava que les gusta o
simplemente para darse el lujo de jugar con ellas para sentirse más hombres y
sentirse acepados por los demás.
Pero ¿quién dijo que ser alta, delgada y rubia es ser perfecta?
¿Quién dijo que tener un cuerpo tonificado y musculoso, ser alto y tener
pelo, ojos y sonrisa perfecta es ser perfecto?
¿Quién dijo que el regalar dinero al pobre y publicarlo en las redes
sociales me va a hacer mejor persona y dar la apariencia que somos perfectos?
No nos dejemos engañar…Dios nos hizo perfectos tal y como somos. Con
nuestros defectos y cualidades él nos ama.
Debemos entender que Dios nos creó perfectos. Nuestro cuerpo es tan
complejo y hermoso y nosotros vivimos empecinados en querer cambiar la forma de
nuestra nariz o agregar o quitar cosas. Pero debemos entender que nuestro cuerpo fue
diseñado como fue diseñado porque así va a funcionar de manera adecuada.
No necesito parecerme a nadie para ser perfecta No me tengo que cambiar
la nariz ni agregarme altura para ser perfecta.
Yo no soy perfecta por las buenas cosas que hago.
Y lo más importante… No fui salva porque soy perfecta. Dios no mando a
su único hijo a morir por nosotros porque fuéramos perfectos y nos merecíamos
esa salvación. Al cielo no van a entrar los altos y flacos o musculosos. Va a
entrar el que reconoció que sin Dios no es nada, el que logró entender que por
sus obras y el intento inútil de ser perfecto no es suficiente y no sirve de
nada. El imperfecto, el pecador es a quien
Dios ama y la razón por la que Jesús dio su vida por nosotros.
Dejemos de intentar de ser perfectos e intentar de hacer todo para
vanagloriarnos y buscar que los demás nos admiren.
Dejemos de pensar que Dios te va a amar por ser buen estudiante y hacer
todo bien. No es por obras, sino por fe.
Según la RAE ser perfecto es: Que
posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto.
Si podemos tener cualidades… y muchas, pero eso no quita que seamos unos
PERFECTOS pecadores. Y no tiene nada de malo el aceptar y reconocer que somos
pecadores e imperfectos, es más, el aceptar y reconocer esa verdad es la que nos
va a hacer libres y salvos.
NO ES POR MI OBRAS
NO ES POR MI APARIENCIA
Yo fui salva por gracia y el infinito amor que Dios tiene hacia mí y ten por seguro que por ti también.
Esto no significa que tenga que seguir mi vida igual y seguir pecando
porque aun así Dios me ama. Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón y
aceptamos que por nuestras fuerzas no podemos hacer nada ni ganarnos la
salvación es sonde Dios va a comenzar a cambiar tu corazón y las buenas obras
van a empezar a surgir por naturaleza, no porque estas intentando ser perfecto.
Deja que Dios te ame tal y como eres, ríndete a él y reconoce que sin él
no eres nada. No existe tal cosa de ser perfecto, solamente se tú mismo, porque
Dios te espera con los brazos abiertos sin importar tus imperfecciones.
Él fue quien te formó en el vientre de tu madre y te hizo especial, eres
una creación admirable y a pesar de tu maldad, de tus errores e iniquidades él
te sigue amando, pero debes dejar de intentar ser algo que es imposible.
No te sientas mal por ser muy alto, muy bajo, muy delgado, así como eres
Dios te ama. No te alejes de él porque crees que eres demasiado malo para
acercarte… acércate y él te va a recibir con amor. Si Dios no te amara no
hubiera dejado que su hijo fuera crucificado por ti y por mí. Él te ama sin
importar si eres perfecto o no.
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