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lunes, 28 de marzo de 2016

¿No sé amar?

Drawing by: Abigail Mejia
Nunca fui de las personas a las que se les hace fácil demostrar afecto a los demás, incluyendo a mi familia, esto se debe a que nunca fui una persona tan extrovertida que digamos y siempre me costó mucho expresar lo que sentía; durante muchos años he tratado de cambiar ese aspecto en mi vida ya que sentía que las personas sentían que yo las odiaba o algo por el estilo porque, para sumarle a mi timidez, al expresarme esta mi cara, que para algunos se ve algo o muy seria, y los que tienen una cara seria me entenderán de lo que hablo.

 pero hace un tiempo, para ser más exacto hace más o menos uno o dos años atrás, empecé a trabajar y aún estaba poniendo en práctica eso de expresarle a las personas cuanto las quería incluyendo a mis papás, pero era algo que aún se me dificultaba mucho y como no sabía cómo demostrarles que los quería empecé a comprarles regalos, no es que yo no los quisiera de verdad, yo si los quiero y los amo y no sería nada sin ellos, pero no sabía decirles cuanto los amaba, así que decidí hacerles regalos junto con mis hermanas cada cumpleaños y cada fecha que fuera especial para ellos.

Todavía me recuerdo el último regalo que le hice a mi papa junto a mis hermanas, le regalamos unos guantes nuevos para levantar pesas, porque eso era lo que el le gustaba hacer y una camisa para que fuera al gimnasio y pues ya no me recuerdo que más, solo me recuerdo que yo amaba ver las expresiones que hacían pues al ver los regalos y sentía que esa era una buena manera de hacerles saber cuánto los quería.

Pero con el tiempo me fui dando cuenta que no era necesario pues solo comprar cosas para demostrarle a mi papá que lo quería y era algo en mi corazón que hacía que latiera más fuerte y quería gritarle al mundo cuanto amaba a mi papá y obviamente expresárselo a él, no solo con regalos.

Todavía me recuerdo que una madrugada, unas horas antes de que él falleciera, me sentía muy mal y con tanto amor y lágrimas mezcladas yo le dije a mi hermana mayor que quería demostrarle más a mi papá que lo amaba, que lo quería, yo quería aprender a amarlo cada día más.

Unas horas después en la mañana él falleció y por un momento me frustré tanto porque sentí que Dios había ignorado por completo lo que le había dicho a mi hermana unas horas antes, sentí que Dios había ignorado totalmente como me sentía.

Me parecía tan frustrante que si Dios había escuchado lo que decía a mi hermana, ¿por qué quitarme a mi papá? Me recuerdo bien que por momentos me enojaba y pensaba que Dios me había arrebatado a mi papá a pesar de que él sabía que yo aún amaba a mi papa y quería decírselo y demostrárselo cada día más.

Con los días fui recapacitando más y más y me di cuenta que Dios no ignoró lo que yo sentía y le había dicho acerca de mi papá, pero sí creo firmemente en que nada pasa por coincidencia, y que cada cosa que pasa en mi vida tiene un propósito y me ayudará a cada día ser mejor.

Así que Dios decidió que era hora de cambiar de trabajo y me llevo al mejor trabajo del mundo tengo la oportunidad de darle clases a niños de kínder y los niños son expertos en dar amor y dan el amor maaaas sincero que pueda existir en este mundo.

Y sé que Dios está usando esta nueva experiencia para que cada día pueda expresar cada vez más el amor que siento hacia mis seres queridos no solo con obsequios sino que con palabras y acciones por más pequeñas que sean, pero no dejar a nadie sin saber lo especial que son para mí.

Aún tengo guardados los guantes que le regalamos a mi papá y para mí son un recordatorio de cada día demostrarles a las personas que me rodean lo especiales que son para mí.

Por su puesto que no ha sido nada fácil, pues soy algo tímida para esas cosas, pero cada día me sorprendo más y más de como Dios hace la obra en mi corazón y lo ablanda a tal punto que se me facilita más mostrar amor y cariño a los que me rodean.

Tengo que admitir que ha habido veces que me come una culpa o remordimiento ya que no aproveche muchas oportunidades para demostrarle a mi papá cuanto amor yo sentía hacia él. Pero sé que las pocas veces que lo hice lo hice con el amor más sincero que pudiera haber, ese amor como el de los niños, que con un te quiero, un abrazo o un beso te dejan saber cuánto ellos te quieren.

No digo que no es pecado o es malo demostrarle a las personas que las quieres con un regalo, porque es algo que aún me gusta hacer, me gusta hacerle regalos a las personas, no son lujos los que regalo, y muchas veces una hoja y un lapicero me han bastado para demostrar lo mucho que aprecio y amo a las personas que me rodean.


No pierdas tu tiempo, no por enojo, orgullo o por ser “serio(a)” vas a dejar de demostrar a las personas cuanto las amas. Perdona, ama y no pierdas el tiempo, porque un momento están con nosotros y al siguiente no sabemos. 

1 comentario:

  1. Sin duda alguna Dios trabaja en nosotros de formas que a veces no comprendemos, pero aún así el muestra su gracia para con nosotros. Bonito testimonio, me identifiqué con muchas cosas, y no hay duda que Dios seguirá trabajando en ti, para ser de bendición a mucha gente.

    Bendiciones :)

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